Escondido en el rincón de un closet penaba este pobre espejo, abandonado porque la pintura estaba muy maltratada y la madera tenía varios hoyos, pero Vane (su dueña) quería recuperarlo y ponerlo en su sala, así que nos llamó y nos pusimos manos a la obra. Así estaba el pobre:
Había que hacer algo urgente con este muchacho o terminaría por irse a la basura…
Después de mucho batallar con la gruesa capa de pintura que tenía, resanar la madera y todo lo demás, quedó así:
A Vane le gustó mucho su nuevo espejo y la verdad que mejoró la vista de ese espacio de su casa.



No hay comentarios:
Publicar un comentario